Lo primero que debes saber es la capacidad que necesitas que tenga tu vinoteca. Pregúntate cuántas botellas sueles tener expuestas a tus clientes, o cuántas sirves normalmente en un día muy ajetreado. Ten ese número máximo de botellas que sueles servir como referente cuando estés comparando diferentes vitrinas expositoras, especialmente aquellas dedicadas a la conservación de vino, ya que suelen clasificarse según su capacidad de almacenamiento, de botellas.
Una vez sepas la capacidad que quieres que tenga la vinoteca, piensa en qué parte de tu local vas a ubicarla. Mide con cuidado el hueco en el que irá colocada, y deja algunos centímetros de margen para asegurarte de que cabrá sin problemas. Mejor prevenir en este tipo de casos, porque si compras una máquina demasiado grande para el hueco del que dispones en tu negocio, tendrías que proceder a hacer una devolución y esperar a que llegue una nueva vinoteca.
El lugar en el que quieres situar la vinoteca también es importante a la hora de elegir el diseño. No es lo mismo una vitrina que se va a colocar en una zona poco visible que una que va a ser el centro de atención en el salón de un restaurante de categoría. El diseño debe ir acorde al resto de la decoración del local, y cuanto más visible sea la vinoteca, más importante será.
Pregúntate qué tipo de vino sueles servir en tu bar o restaurante: ¿solo vino tinto? ¿o también vinos blancos y rosados? Cada uno se conserva a una temperatura distinta. Puede que te convenga una vinoteca capaz de conservar botellas a distintas temperaturas dependiendo de donde se coloquen. O puede que prefieras comprar 2 vinotecas independientes, una para cada tipo de vino. No hay una solución ideal: todo depende de tus preferencias y del espacio de que dispongas para la exposición de las botellas de vino.