Los elementos que determinan la capacidad de trabajo y el funcionamiento de las salamandras son los siguientes:
Potencia
El rango de potencia de la mayoría de estas máquinas se encuentran entre los 2 y los 4 kW, aunque excepcionalmente pueden llegar hasta los 7,4 kW.
Temperatura
La alta potencia de una salamandra de cocina es comparable a la de un horno, pudiendo llegar incluso hasta los 300ºC.
Salamandras eléctricas y a gas
La mayoría de modelos funcionan con energía eléctrica, aunque son las de gas las que poseen una potencia calórica superior. La ausencia de techo móvil en estas últimas es suplida con una base en altura regulable.
Las salamandra de cocina a gas cuentan con las habituales medidas de seguridad de las máquinas que funcionan con GLP: llama piloto, encendido con piezo eléctrico y válvulas con termopar de seguridad.
Abiertas, laterales y cerradas
Las salamandras son máquinas de sobremesa susceptibles, en algunos casos, de ser fijadas en la pared. Para estos últimos modelos se requiere la adquisición de los soportes que faciliten los fabricantes. Las salamandras profesionales puede ser de 3 tipos:
- Abiertas: de techo móvil y con un único lateral cubierto, en el que se encuentra montado el techo en altura regulable.
- Laterales: sin techo móvil y abiertos por 3 laterales, aunque al estar fijados en la pared los laterales abiertos en la práctica son 2.
- Cerradas: los alimentos se introducen por un único lateral abierto. Tienen un aspecto muy parecido al de las tradicionales tostadoras industriales. Una salamandra de cocina es un impagable aliado en cualquier local de restauración que quiera ofrecer a sus clientes el mejor de los servicios.