Cuando fabricas cubitos de hielo en tu propio local, ya sea un bar, una empresa de catering, una cafetería, un restaurante, un hotel, etc., no solo tienes un mayor control sobre el gasto económico que te supone el contar siempre con hielo al instante. También puedes controlar más de cerca la calidad en la producción. Sabes exactamente cómo es el agua usada en el proceso, de qué forma se ha almacenado el hielo y el proceso que ha seguido hasta que lo sirves a tus clientes.
Nunca te quedarás sin hielo. Seguramente te haya ocurrido alguna vez que tenías preparadas un par de bolsas de hielo en tu local para un día que, en principio, se iba a presentar tranquilo. Pero, por cualquier motivo, terminó presentándose muchísima más gente de la esperada. Esto provoca roturas de stock, que provocan que te quedes sin hielo para servir bebidas frías a tus clientes. No es necesario decir la mala imagen que transmitirás si esto llega a ocurrir, y lo grave que puede ser cuando, en los tiempos que corren, es tan sencillo dejar una mala opinión en cualquier aplicación de hostelería. En cambio, si contases con una máquina de hielo a tu disposición, es tan sencillo como ponerla en funcionamiento tan pronto como ves entrar a ese gran número de clientes por la puerta.
No necesitarás contar con ningún servicio de hielo exprés que podría salirte mucho más caro que el hielo que compras normalmente. También te evitarías el estrés de estar atendiendo a esos nuevos clientes mientras estás pendientes de la llegada urgente de esas bolsas de hielo que has pedido a todo correr.